El Profeta-Manicomio HP

15 marzo 2008

El Héroe que salvó a judíos

En Jerusalén, los israelíes mantienen un museo del Holocausto en memoria de los seis millones de judíos asesinados por los nazis durante la II Guerra Mundial.

La instalación incluye los nombres de un gran número de no judíos - los llamados Justos entre las Naciones- que salvaron, con gran riesgo de su vida, a miles de conciudadanos judíos.
Ahora se ha descubierto a uno de estos héroes: Eduardo Propper de Callejón, quien facilitó la huida de miles de judíos de la Francia ocupada a través de España. Se trata del abuelo de la conocida actriz inglesa Helena Bonham-Carter (Londres, 1966), estrella de la recién estrenada Sweeny Todd y de la serie Harry Potter.

La extraña historia de este salvador anónimo, comienza cuando Propper, primer secretario de la embajada de España en París, se encontraba en Burdeos en aquellos nefastos días del verano de 1940. La ciudad era un hervidero. Estaba llena de personas que huían de los nazis; entre ellos, miles de judíos franceses y de otros países, que se habían creído a salvo del terror de Hitler.
Propper de Callejón tenía consigo a su hermana -casada con un coronel inglés, padre del hoy periodista y escritor Alan Pryce-Jones- y a su cuñada, esposa de un familiar de los Rothschild. Con él estaban también su esposa y dos hijos, Felipe y Elena -ella con cinco años- y madre de Helena Bonham-Carter.

La razón de que Eduardo Propper estuviera en Burdeos se debía a que el cuerpo diplomático había huido desde París, entonces el Gobierno pidió a Félix de Lequerica, al frente de la embajada de España, que negociase un alto del fuego. Mientras el diplomático hacía las gestiones, ordenó a su primer secretario que se hiciera cargo de los asuntos menos comprometidos de la embajada.

Al ver que las cosas se ponían cada vez más feas, el jefe de la policía de Burdeos llamó a Eduardo para pedirle ayuda. Quería disolver las masas de gentes que se habían reunido a la puerta del consulado de España en busca de un visado, pues el cónsul ya no estaba en su despacho.
Lequerica le dijo a Propper que tenía luz verde, y le recordó que España no podía en este caso hacer menos que Portugal, cuyo cónsul, distribuía visados a mansalva. De modo que el abuelo de la actriz abrió el consulado, se quitó la chaqueta durante aquellos tórridos días de junio y se puso a trabajar. Fueron tres jornadas frenéticas, con noches en vela.
Eduardo, extendió miles de salvoconductos a refugiados, muchos de ellos judíos, que los necesitaban para pasar por España, camino del vecino Portugal. Terminaba agotado. Sus dos hijos recuerdan cómo su madre le aplicaba compresas de agua fría después de tanto estampillar y firmar visados.

Por algún motivo oscuro, el registro de los que recibieron los visados se perdió. Así que tras la muerte, en 1972, de Eduardo Propper de Callejón, cuando su hijo Felipe propuso a Yad Va-Shem que incluyera la conmemoración de los Justos entre las Naciones y honrara de ese modo la memoria de su padre, no fue posible encontrar testimonio alguno de su actuación a favor de tanta gente en peligro.

Hace unos años, el hijo del héroe Eduardo logró contactar con el archiduque Otto de Habsburgo, a quien el español había facilitado la huida por la frontera. El archiduque, ya con 93 años, la baronesa Liliane de Rothschild, cuñada del diplomático, y otros muchos agradecidos, se atrevieron a dar testimonio de la hazaña heroica y humanitaria del diplomático y más tarde embajador de España.

Gracias HBC!!!

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