A poco tiempo de salir a la luz la breve historia de los Merodeadores, escrita por Jo, ya es todo un éxito.
El sitio web de la librería Waterstone´s recibió mas de 70.000 visitas en las primeras 20 horas luego de publicada la precuela.
Recordemos que en la misma James y Sirius son protagonistas, en una historia basada en 1977, tres años antes de nacer Harry y cuando todavía se encuentran en Hogwarts.
La precuela se subastó en $48,855 dólares y fue comprada por el presidente de una empresa de Tokio que la usará para más caridad.
Si aún no leiste la breve historia puedes hacerlo a continuación:
TRADUCCIÓN:
La veloz motocicleta tomó la cerrada curva tan rápido en la oscuridad que los dos policías del coche patrulla gritaron “¡whoa!”. El sargento Fisher dio un frenazo con su gran pie en el pedal, pensando que el muchacho que iba de paquete seguramente había sido arrojado bajo sus ruedas; sin embargo, la motocicleta dio la vuelta sin despegar de sus asientos a ninguno de sus ocupantes, y con un parpadeo de su luz roja trasera, desapareció en la estrecha calle lateral.
-¡Ya los tenemos!-gritó el agente de policía Anderson con emoción.- ¡Es una calle sin salida! Inclinándose firmemente en el volante y chocándose a toda velocidad, Fisher arañó la mitad de la pintura del lateral del coche mientras lo forzaba a subir por el callejón en la persecución.
Allí en las luces delanteras se hallaba su presa, quieta al fin tras un cuarto de hora de persecución. Los dos motoristas estaban atrapados entre una pared de ladrillo de una torre y el coche de policía, que estaba ahora apuntando en su dirección como un depredador hambriento y de ojos chispeantes.
Había tan poco espacio entre las puertas del coche y las paredes del callejón que Fisher y Anderson tenían dificultades para salir del vehículo. Tener que avanzar poco a poco, como los cangrejos hacia los bribones, hería su dignidad. Fisher arrastró su generosa barriga a lo largo del muro, desgarrando los botones de su camisa sobre la marcha, y finalmente rompiendo el espejo retrovisor con su trasero.
-¡Bajen de la moto! -rugió a los satisfechos jóvenes, quienes se sentaban regodeándose en la centelleante luz azul como si se estuvieran divirtiendo. Hacían como si estuvieran hablando. Finalmente, acercándose voluntariamente al espejo retrovisor roto, Fisher los miró enfurecido. Parecían estar en sus últimos años de la adolescencia. El que había estado conduciendo tenía un largo pelo negro; su belleza insolente recordó desagradablemente a Fisher al novio de su hija, un vago guitarrista.
El segundo chico también tenía el pelo negro, aunque lo llevaba corto y despeinado en todas direcciones; tenía gafas y una amplia sonrisa. Ambos vestían camisetas adornadas con un gran pájaro dorado; el emblema, sin duda, de alguna ensordecedora y disonante banda de rock.
-¡Sin cascos!-gritó Fisher, apuntando a la descubierta cabeza de uno de ellos.- ¡Sobrepasando la velocidad límite por, por una considerable cifra! -En efecto, la velocidad registrada había sido mayor de la que Fisher estaba preparado para aceptar que cualquier motocicleta podía alcanzar)- ¡Negándose a parar para la policía!
-Nos hubiera encantado parar para charlar,-dijo el chico con gafas,- simplemente lo estábamos intentando.-No seas listillo, ¡vosotros dos os habéis metido en un montón de problemas!-gruñó Anderson.
- ¡Nombres!-¿Nombres?-repitió el conductor del pelo largo.-Er, bueno, vamos a ver. Este…Wilberforce…Bathsheba…Elvendork…-Y lo bueno de ése es que lo puedes usar tanto para chico como para chica,- dijo el chico de las gafas. -Oh, ¿NUESTROS nombres, querías decir?-preguntó el primero, mientras Anderson echaba chispas con rabia.- ¡Deberías haberlo dicho! ¡Este de aquí es James Potter, y yo soy Sirius Black!-.
Las cosas se van a poner muy negras para ti en un minuto, pequeño descarado.Pero ni James ni Sirius estaban prestando atención. De repente estaban tan alerta como perros de caza, mirando fijamente hacia Fisher y Anderson, sobre el techo del coche de policía, hacia la negra boca del callejón. Entonces, con idénticos y fluidos movimientos, buscaron en sus negros bolsillos. Por el momento de un latido ambos policías imaginaron relucientes pistolas en ellos, pero un segundo después vieron que los motoristas no había sacado sino…-¿Baquetas?-se burló Anderson.- Sois un par de bromistas, ¿no? Bien, os vamos a arrestar bajo los cargos de…Pero Anderson nunca dijo el nombre de los cargos. James y Sirius habían gritado algo incomprensible, y los haces de luz de los faros se habían movido.
Los policías se giraron en derredor, después se giraron hacia atrás. Tres hombres estaban volando, en efecto VOLANDO, sobre el callejón en palos de escoba, y en ese mismo instante, el coche de policía de levantó sobre sus ruedas traseras. Las rodillas de Fisher se combaron; se sentó bruscamente; Anderson tropezó con las piernas de Fisher y calló sobre él, con un FLUMP, BANG, CRUNCH, oyeron a los hombres en escobas estrellarse contra el coche que estaba de pie y caer, aparentemente sin sentido, hacia el suelo, mientras los trozos rotos de las escobas se estrellaban estrepitosamente sobre ellos.
La motocicleta había vuelto a la vida de nuevo. Con la boca abierta, Fisher reunió valor para volverse hacia los dos adolescentes. -¡Muchas gracias! –dijo Sirius sobre el rugido del motor.- ¡Os debemos una!-¡Sí, encantado de conoceros!-dijo James.- ¡Y no lo olvidéis: Elvendork! ¡Es unisex!Hubo un estrépito espasmódico, y Fisher y Anderson se abrazaron uno al otro por el miedo; su coche acababa de volver a caer al suelo. Ahora era el turno de la motocicleta para elevarse.
Ante los incrédulos ojos de los policías, se elevó en el aire: James y Sirius salieron zumbando hacia el cielo nocturno, sus faros traseros destellaban tras ellos como un rubí desvaneciéndose.
“De la precuela que no estoy escribiendo, pero que fue divertida! JKR 2008″
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22 junio 2008
La Precuela... todo un exito
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